Nuestro carisma

La vida consagrada es un Carisma para la Iglesia y es a la vez un don del Espíritu para que algunas familias religiosas vivan una experiencia de Dios que se proyecte en un estilo particular de vida y misión, con el cual santifican a la iglesia y a quienes lo reciben; así van haciendo presente la acción liberadora de Jesús en las diversas circunstancias de la historia.

Todo Carisma enfatiza un aspecto de la acción liberadora de Jesús y le da identidad a la persona y familia religiosa que lo acoge. En nuestro caso, el Carisma que como don nos otorgó el Espíritu, lo describimos a través de cuatro rasgos fundamentales:

  • Una experiencia de Dios como Padre providente, bondadoso y misericordioso, que nos permite vivenciar fuertemente nuestra condición de hijas y responderle existencialmente con una actitud de abandono y disponibilidad.
  • Seguimiento radical de Jesús obediente al designio salvífico del Padre, quien en la Eucaristía-Corazón nos comparte el amor misericordioso de Dios a la humanidad y nos invita a configurarnos con su proyecto humanizador en la vivencia de los valores humanos.
  • Servicio apostólico que se compromete en la promoción integral del ser humano, optando preferencialmente por el pobre para acompañarlo en la búsqueda de una auténtica experiencia de Dios.
  • Acercamiento de amor e intimidad con María del Monte Carmelo, nuestra hermana, maestra y modelo de mujer discípula, contemplativa y comprometida con la causa del Reino.

Estos cuatro rasgos del Carisma son los que estamos llamadas a encarnar en nuestra vida, definen nuestra identidad y orientan un estilo de ser personal, espiritual, comunitario y pastoral.

La primera que recibió este Carisma fue nuestra M. Luisita, quien también fue llamada a transmitir esta experiencia a quienes el Señor en su infinita bondad y misericordia llama para hacerlo vida.

Te invitamos a conocer y profundizar en la vida y espiritualidad de nuestra fundadora; así como la historia de la congregación en la sección NUESTRA FUNDADORA. Estas fuentes te adentrarán en la profundidad de un Carisma rico de evangelio y humanismo, que podrán iluminar tu vida como nos la iluminado a quienes conformamos esta familia espiritual: religiosas y laicos.